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martes, 6 de mayo de 2008

EL CALPULLI

La palabra calpulli esta formada por 2 voces: cal-li que significa casa y pul-li, que significa “conjunto disperso”. Tal parece que es una contradicción: si hay dispersión, no hay conjunto. La forma de pensar de los anahuacas habitantes del Anahuac, es distinta al pensamiento Europeo que es como a nosotros nos han acostumbrado en las escuelas y hasta en nuestros propios hogares, como una consecuencia fatal de los 300 años de esclavitud durante los cuales se borro la mentalidad anahuaca.
El calpulli es una comunidad agrícola integrada por campesinos que siempre han vivido “pegados a la tierra”, de donde obtienen el alimento para ellos y para quienes viven en las ciudades. Por esta razón las casas en el campo están dispersas, separadas unas de otras, no como en la ciudad donde se encuentran una junto a la otra; por eso es dispersión. Pero todos los habitantes pertenecen a una misma comunidad y tienen un centro común para reunirse, que en aquella época se llamaba “calpulco” o sea el centro del calpulli; decimos ahora el centro cívico.
En el Calpulco se encontraba el tecuhcalli o casa del tecuhtli ( la casa del señor), del gobernante del calpulli; es decir, la casa de gobierno de la población .Presidencia municipal de ahora.
Mas no era un “cacique” como algunos historiadores afirman: “…En la época de los caciques”. Esta palabra no corresponde al mexicano que era la lengua franca de aquella época. Es una palabra de las islas del caribe, en donde el cacique no es el gobernante autócrata como ordinariamente lo entendemos, sino solo y únicamente el ejecutor de las decisiones de la asamblea de gobernantes o tlahtocan.
Existía el teocalco, que era el lugar para rendir pleitesía al “GRAN ESPIRITU”, al creador del universo y a los cuatro elementos de vida: Aire, Agua, Tierra y Fuego, y a los cuatro rincones del mundo; a los cuatro puntos cardinales y al Padre Sol, “TOTATZIN TONATIUH” No era un templo cerrado; era una zacualli, erróneamente llamada pirámide. El Petiacalco era el lugar del almacén de abastecimientos de la comunidad.
El Calpixcacalli era la casa o almacén de los tributos de los impuestos que se pagaban en especie. Y formando parte del mismo edificio estaba la cárcel, que era una jaula de madera.
El Itualli era un gran patio para los actos públicos y para la danza y los “mitotes” o reuniones publicas.
El Tlacxitian era la casa del juzgado de la instancia: Antes de la salida del sol, un vecino, en cada manzana, encargado de vigilar los acontecimientos de las ultimas 24 horas rendía su informe a los jueces, quienes una vez llevada a cabo la ceremonia de saludar al sol iniciaban el desempeño de sus funciones, conociendo las faltas y delitos ocurridos en el calpulli durante las ultimas 24 horas y antes de ocultarse el sol, ya habían juzgado, sentenciado y ejecutado las sentencias. Este método de impartir justicia fue un ejemplo para todos los pueblos de la tierra y lo es hasta el presente.
El Tlacochcalco era la casa del arsenal, donde se guardaban las armas.
Las tierras del calpulh eran llamadas calpulaui o altepetlalli. Eran tierras comunales, como aun se conserva en algunas comunidades quienes han logrado perpetuar el derecho consuetudinario, donde no existe la propiedad privada. En Amusgos es donde aun por la legislación positiva ratificada esta ratificada “la costumbre”, la “tlamanilixtli” ( lo que debe conservarse porque ahí nadie hace daño); es decir, el derecho tietudmano que consagra solo la posesión y no la propiedad privada de la tierra.
El Peucalli de peu- iniciación y calli- casa, era el ahora llamado jardín de niños, la casa de la iniciación de la cultura.
El gobierno del calpulli estaba integrado por una asamblea llamada cohuayotl, ( la serpiente, la sabiduría), formada por los principales padres de familia y encabezada por 2 autoridades electas por la propia asamblea de gobernantes: El calpuleh o cihuacoatl , que era el administrador del calpulli, el tesorero, y el teachcauh o tecuhtli, hermano mayor, ejecutor de los acuerdos de la asamblea de gobernantes. El calpulli se gobernaba por sus propias costumbres, las cuales se sedimentaban, se experimentaban en los hogares y pasaban a ser las leyes de la comunidad; leyes no escritas que en su totalidad formaban el derecho consuetudinario; el derecho no escrito, el cual era conocido por todos los ciudadanos desde los primeros años de su vida, lo vivían en su vida diaria en sus hogares y lo respetaban de “manera muy natural”. Así cada calpulli era “autónomo”, porque sus leyes no dependían de ninguna otra autoridad. El calpulli era “autárquico” porque en su propia comunidad se elaboraban sus leyes, las cuales eran reconocidas y respetadas por las autoridades superiores, en vista de que estaban basadas en las buenas costumbres. Era una forma de vida muy sabia. Sin embargo hay desconocimiento e ignorancia acerca del derecho consuetudinario, en el cual vivió nuestra raza y viven las comunidades de nuestros hermanos depositarios de nuestra verdadera cultura, quienes ante el fracaso del orden jurídico impuesto a partir de la invasión de Anahuac desean que volvamos a la forma de vida anterior a la fatal invasión europea. Y esta vuelta hacia nuestra cultura, señala lo apropiado para el futuro de México porque retomando la sabiduría que hizo de Anàhuac el pueblo mas culto de la tierra, México retomara sus raíces y alcanzara su libertad cultura.
El calpulli es una comunidad un conjunto de domicilios y esto es la propia nación; por eso es importante que todos los mexicanos tengamos un reencuentro con nuestra raza, con nuestra cultura, para que nos apeguemos a ella, porque es ahí y no en el extranjero donde encontraremos nuestro propio rostro.
Hasta la próxima… Cihuacuauhtli.

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